La
necesidad futura de una agricultura sostenible es enorme. Con una población
mundial ya de por sí enorme y en constante crecimiento, el futuro de la
agricultura sostenible girará en torno a los niveles de rendimiento. Debemos
ser capaces de producir una gran cantidad de alimentos sanos y nutritivos de
una manera sostenible y que se pueda continuar durante generaciones.
Actualmente
hay buenas razones para tener optimismo desde la perspectiva agrícola. La
agricultura moderna es uno de los campos más innovadores de la actualidad. Las
nuevas ideas para producir cultivos eficientes en el uso de recursos salen a la
luz y se implementan de forma constante. Gracias a la combinación de conceptos,
herramientas y tecnología, existe una gran oportunidad para superar los retos a
los que nos enfrentamos. Además, centrarnos en los productos (abonos y
fertilizantes son unos de los más importantes) que pueden ayudar a que la
agricultura sea sostenible es vital para conseguir nuestro fin.
Por
supuesto, existen desafíos. Uno de ellos es proteger el medio ambiente de los
efectos adversos y mantener el funcionamiento del ecosistema. Otra es ocuparse
de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero de los combustibles
fósiles.
Muchos
expertos argumentan que debemos minimizar el impacto ambiental. Este parece ser
el consenso también entre el público, al menos en el mundo occidental.
Minimizar el impacto ambiental no puede ser, en sí mismo, el objetivo
principal. El objetivo principal debe ser el florecimiento humano y minimizar
el sufrimiento humano. Por supuesto, las preocupaciones ambientales son
aspectos importantes que deben tenerse en cuenta al tratar de alcanzar ese
objetivo. Pero al final son sólo factores en un panorama más amplio. En otras
palabras, el objetivo medioambiental debe ser lo más respetuoso posible con el
medio ambiente cuando se trabaja para el florecimiento humano.
En la
vida real no hay soluciones absolutas, sólo compensaciones. Cuando se evalúa
una práctica, no se puede simplemente compararla con un escenario utópico en el
que no hay efectos negativos. Toda evaluación significativa, seria y realista
debe basarse en comparaciones pertinentes. En primer lugar, los efectos
secundarios negativos deben compararse con los efectos principales positivos.
Cuando la suma de todos los efectos es un positivo neto, el producto o la
práctica vale la pena. En segundo lugar, independientemente de lo que uno
piense sobre una práctica o un producto, sólo podemos compararlo con las
alternativas que tenemos a mano. Y la comparación debe ser holística y justa;
los pros se comparan con los pros y los contras con los contras.
En algunos casos no hay opciones viables a mano, en cuyo caso debemos atenernos a lo que tenemos, nos guste o no, hasta que tengamos opciones viables. Este es el caso de los combustibles fósiles.
En algunos casos no hay opciones viables a mano, en cuyo caso debemos atenernos a lo que tenemos, nos guste o no, hasta que tengamos opciones viables. Este es el caso de los combustibles fósiles.
Esto
nos lleva a la pregunta de cómo deberíamos definir el concepto de agricultura
sostenible. La mayoría de la gente piensa hoy en día en la agricultura no
convencional u orgánica cuando escucha la palabra sostenible. Creo que esto se
debe principalmente al discurso ideológico del debate.
Por
lo tanto, veamos un par de hechos acerca de los fertilizantes, ya que tienen
una relación significativa con el concepto de sostenibilidad:
•
Los fertilizantes modernos nos permiten
alimentar al mundo; los fertilizantes orgánicos simplemente no pueden hacer
eso. Incluso si cerráramos ese ciclo, el mundo simplemente no contiene
suficientes fertilizantes orgánicos para producir una cantidad suficiente de
alimentos para una población en crecimiento.
•
Los fertilizantes modernos son más respetuosos
con el medio ambiente que los orgánicos. Los niveles de lixiviación de
nutrientes son mucho peores para los fertilizantes orgánicos.
•
Los fertilizantes modernos pueden ser usados con
extrema precisión y exactitud para maximizar la eficiencia en el uso de los
recursos, mientras que los fertilizantes orgánicos no pueden.
¿Cómo
es posible entonces que el uso de fertilizantes comerciales modernos sea
considerado insostenible por tanta gente? Creo que hay dos respuestas a esto:
•
En primer lugar, debemos darnos cuenta de que
muchas personas se oponen al uso de fertilizantes modernos simplemente porque
no encajan bien en la ideología del ambientalismo moderno. En realidad la
mayoría de personas suelen desconocer como funcionan realmente los
fertilizantes.
•
La segunda razón tiene que ver con cómo vemos la
sostenibilidad. La palabra es un término filosófico que necesita ser bien
definido. La agricultura sostenible significa simplemente disponer de alimentos
suficientes para la humanidad, a partir de un sistema de producción que puede
ser perpetuado, en el que los beneficios superan las desventajas. Por lo tanto,
nuestro trabajo consiste en impulsar los hechos y dar a conocer que la
agricultura sostenible tiene que ver con el florecimiento humano y la
prevención del sufrimiento humano para las generaciones venideras.
Fuente:
AgriBusiness